París, Francia – En una celebración marcada por la tradición y el espíritu olímpico, la llama olímpica fue el centro de atención durante el desfile militar anual en París con motivo del Día de la Bastilla. La capital francesa, a pocos días del inicio de los Juegos Olímpicos de 2024, se engalanó para recibir este símbolo de paz y unidad entre las naciones.
La llama, escoltada por 25 portadores de la antorcha y cadetes, recorrió las calles parisinas mientras miles de soldados, marineros, socorristas y médicos se reunieron para desfilar. La ‘Patrouille de France’ sobrevoló la ciudad, añadiendo un toque espectacular a la celebración. Recientemente, la llama estuvo en Borgoña, y sus próximas paradas incluyen lugares emblemáticos como la catedral de Notre Dame, la histórica universidad de la Sorbona y el Museo del Louvre.
El viaje de la llama olímpica de 2024 comenzó, como es costumbre, en la antigua Olimpia, Grecia. En una ceremonia que evoca la pureza y el espíritu de los juegos antiguos, la llama se encendió utilizando los rayos del sol y un espejo parabólico. Tras su encendido, la llama emprendió un viaje por Grecia, visitando lugares emblemáticos antes de ser entregada a los organizadores de París 2024 en una ceremonia especial en el Estadio Panathinaiko de Atenas.
En Francia, el relevo de la antorcha ha durado cerca de 80 días, cubriendo gran parte del territorio francés. Durante este tiempo, la llama ha visitado numerosos departamentos y regiones de ultramar, incluyendo la Polinesia Francesa, las Antillas y la Guayana Francesa, resaltando la diversidad geográfica y cultural del país. Miles de portadores han participado en el relevo, representando la diversidad de la sociedad francesa y el espíritu olímpico de inclusión.
Este año, por primera vez en la historia, la llama olímpica ha llegado a la ciudad sede antes de la ceremonia de apertura. Tradicionalmente, la llama llega justo a tiempo para encender el pebetero olímpico, pero en esta ocasión, París la ha recibido con anticipación, generando aún más entusiasmo y unión entre los ciudadanos y visitantes.
El recorrido de la llama por Francia no solo ha sido un viaje físico, sino también un preludio a los Juegos, generando entusiasmo y uniendo a las personas en torno al espíritu olímpico. Ciudades icónicas y monumentos históricos han sido testigos del paso de la llama, simbolizando la conexión entre el pasado y el presente, y la esperanza de un futuro de unidad y paz.
El viaje culminará en París, donde la llama será utilizada para encender el pebetero olímpico durante la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de 2024. Este momento marcará el inicio oficial de las Olimpiadas, un evento que promete unir a las naciones y celebrar el espíritu humano a través del deporte.
La presencia de la llama olímpica en el desfile del Día de la Bastilla ha sido un recordatorio poderoso de la importancia de la paz y la unidad en tiempos de división. A medida que París se prepara para recibir a atletas y visitantes de todo el mundo, la llama olímpica sigue brillando como un símbolo de esperanza y comunidad global.
En resumen, el recorrido de la llama olímpica de Olimpia a París es más que un simple viaje; es una celebración del espíritu olímpico y un testimonio del poder del deporte para unir a las naciones y fomentar la paz mundial.